Destino noruega

noruega

El sueño de muchos moteros es llegar algún día con su propia moto a la parte más al norte del continente Europeo (al fin del mundo como lo llaman muchos).

En esta entrada del blog te queremos explicar de primera mano lo vivido en este viaje, ruta que se siguió, anécdotas y presupuesto para dos personas que fueron de aventura sin grandes lujos con el principal objetivo de desconectar y disfrutar del momento. 

Misión

Salir desde Barcelona recorriendo España, Francia, Alemania, Suecia, Noruega, Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia y vuelta a deshacer el camino a través de Alemania y Francia. 25 días sin prisas pero sin pausas. 

preparativos

Empezamos con los preparativos, el viaje lo hicimos en Julio así que mucha ropa de invierno no tienes que llevar pero recuerda que vas de camino a Noruega y allí los días pueden ser fríos y lluviosos pero las “noches” también. Nos referimos a las “noches” así entre comillas porque en esta época no hay noches en la parte más al norte de Noruega.

Qué metemos en las maletas de nuestra moto: Como la idea es acampar el máximo de días posible, metemos todo lo necesario. Tienda pequeña de alta montaña que pese muy poco, unos buenos sacos de dormir, ropa térmica, unos cuantos pares de calcetines también térmicos y, sobretodo, unos buenos chubasqueros. En nuestro caso apenas metimos ropa para el día a día, ya que nuestro día a día iba a ser encima de la moto y con el traje puesto.

 

Preparación de la moto

KTM 1290 Super Adventure R

Una buena revisión a fondo con cambio de aceite, pastillas de frenos, pantalla alta y puños calefactables. En nuestro caso llevábamos, también, el asiento con calefacción, cosa que se agradece mucho en los días largos y fríos. 

Neumáticos: 

Nos decantamos por unos Bridgestone A41 ya que van muy bien por carretera, sobre todo en mojado. Para off road nos vale cualquier cosa ya que todo lo que íbamos a hacer sería por pistas anchas sin ninguna complicación.

Gasolina extra: 

No es necesario llevar gasolina extra. En Europa hay gasolineras en todos los sitios. En nuestro caso, llevábamos un litro de aceite para la moto por si consumía (a pesar de que fue innecesario) y un litro de gasolina para nuestro hornillo de camping. 

Empezamos el viaje: 

Como comentamos el viaje está pensado para hacerse en 25 días, sin prisa pero sin pausa, con un par de días de 800-900 km y el resto entre 200 y 500 km por día. Contando un par de días de relax sin moto donde más te apetezca. 

El viaje empezó por recorrer Francia y Alemania por autopista donde una vez arriba del todo cogimos un ferry en Rostock. Este nos llevaría hasta Suecia navegando toda la noche y así ganábamos 700 kilómetros sin moto, lo que nos permitió dormir bien después de la paliza de dos días seguidos de 900 kilómetros cada día. Estábamos cansados y necesitábamos recuperar fuerzas. A la mañana siguiente nos despertamos con otro paisaje completamente distinto. Dijimos adiós a las rápidas autopistas y hola a unos increíbles paisajes con clima mucho más agradable.

Nos dirigimos a Oslo (Noruega) donde cruzamos este país por la carretera E6, pasando por parques naturales, fiordos, montañas de una inmensidad abrumadora y muchas pero muchas cascadas que veríamos a lo largo del todo el país. Noruega es un sitio de contrastes, de explanadas de tierra desértica, de inmensos lagos y nieve por doquier. Si a esto le sumas personas agradables, seguridad y que puedes acampar donde más te plazca, podemos decir que es un país 100% motero. 

Es una pena que en nuestro país y en los  países vecinos la acampada esté tan mal vista. Considero que la culpa es totalmente nuestra por no dejar los sitios como nos los encontramos y por dejar basura en las montañas que tanto nos gustan. Aún estamos a tiempo de cambiar este pedacito de tierra que tenemos (disculpad por esta pequeña reivindicación). Volvamos al viaje. Noruega es un país caro pero no como lo pintan en casi todos los foros que lees. Bien es cierto que nosotros no viajamos con grandes lujos y que nuestro lujo era tener una ducha caliente y una cama para descansar bien. 

Ejemplo de gastos:  

Gasolina: Precio mercado. 

Dormir: Dormimos en bungalows o “cabinas”. Se diferencian en que estas últimas son más pequeñas, pero solo eran para dormir caliente, poder darnos una buena ducha y quitarnos el frío del cuerpo. El precio oscila entre 60-70€ por noche. En nuestro caso, acampamos casi cada día. 

Comida: Siempre comida de supermercados y cocinando en nuestro hornillo. Aproximadamente unos 15-20€ por día. 

Cafés, es muy típico en Noruega comprar el café en las gasolineras, no es un café caro y es muy bueno. 

Estos gastos siempre son divididos entre dos personas así que no es muy caro si te lo planteas así. 

 

Nordkapp

Continuamos dirección a Nordkapp por la carretera E6 que recorre todo el país pasando por algunos fiordos, embarcando en ferrys y contemplando lo bonito que es este país. El tema del precio de los ferrys en Noruega es bastante asequible y va desde los 2€ hasta los 10€ dependiendo del tiempo del trayecto. 

Hay otra carretera que va bordeando todos los fiordos pero se necesitan muchos más días para hacer esa ruta. Nosotros no disponíamos de tanto tiempo.

 

Cuanto más arriba estábamos, más iban desapareciendo las noches. Esto se nos hizo muy raro ya que acampando te levantabas de madrugada y tenías el sol fuera ¡una locura! 

Nuestro primer encuentro con renos fue muy bonito pero ¡ojo! tienen la costumbre de quedarse dentro de los túneles para protegerse del frío y esto es un peligro. Suerte que en Noruega no puedes correr por sus carreteras. ¡Ah! Y segundo consejo, no corras en este país porque las multas pueden ser realmente caras. 

Antes de llegar a Nordkapp te encuentras con el CÍRCULO POLAR ÁRTICO una especie de chiringuito para turistas muy bien montado y caro. Lo curioso es que a partir de este punto empieza a desaparecer la vegetación y las zonas pobladas. Empiezas a ver pequeños pueblos (aldeas) que viven de las pieles de los renos y de la pesca, se pueden ver las enormes redes colgadas secándose al sol. 

Seguimos por nuestra carretera que nos llevaría justo hasta Nordkapp, pero como llevábamos una buena paliza encima de días de acampada y de mucho frío, decidimos buscar un sitio caliente, cocinar algo rico y darnos una buena ducha para recuperar fuerzas, dejando Nordkapp y la famosa “Bola” para el día siguiente. 

Al día siguiente nos levantamos con fuerzas, como si hubiéramos dormido 12 horas, ideal para llegar a lo que nos estaba esperando: el fin del continente Europeo y el comienzo del viaje de vuelta a casa. Una carretera de curvas increibles enlazadas una tras otra con muy buen asfalto. Una obra maestra hecha por el hombre para uso y disfrute de los moteros, aunque creo que mi mujer-copiloto, no se lo pasó tan bien como me lo pase yo. ¡Estábamos arriba! Después de la excitación que da conducir tu moto por un sitio casi desértico, de un proyecto que has preparado con tu pareja durante casi un año, después de superar todas las adversidades y de celebrar que lo has conseguido haciendo un pequeño corte de inyección, vuelves de golpe a la realidad. Y es que en los meses de verano hay que pagar un peaje que cuesta nada más y nada menos que 65€ por entrar con tu vehículo al parking del recinto. Nos trataron de vender la “moto” con la excusa de que podíamos acampar dentro. Conclusión, dejar la moto fuera del recinto de donde está la “ Bola” y caminar 2 kilómetros ya que la entrada solo te la cobran si entras con tu vehículo. 

Una vez  dentro del recinto donde está la famosa Bola que hace referencia a nuestro planeta, te das cuenta que lo desértico e inhóspito no tiene nada, o por lo menos en los meses de verano, lleno de personas y colas para hacerse la deseada foto que corrobora que has estado ahí. Bien, hecho todo lo que se tenía que hacer ponemos rumbo a Finlandia, no sin antes llenar el depósito de la moto ya que nos esperan casi 180 kilómetros sin gasolineras. Finlandia es un país donde volveríamos sin pensarlo, para disfrutar de su soledad y de sus bosques, pero otra vez la falta de tiempo nos hizo pasar de largo. Os hablaré de Finlandia en el siguiente capítulo, pero os adelanto que cuando la recorres de punta a punta te das cuenta que es un país muy verde, con muchos lagos y desde la propia carretera puedes apreciar lo salvaje que es, pero por esa misma densidad de bosques y la alta población de osos y lobos, aquí no nos atrevemos a acampar. Si, lo sé, somos gente de ciudad.

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