Destino Noruega II

Destino noruega II

Bien. Con la moto cargada y los trajes puestos, nos esperaba un día largo y duro. Salimos de Noruega sobre las 13:00 y recuerdo que recorrimos una carretera desolada por completo sin cruzarnos un coche en más de 60-80 Kilómetros. Nos preguntamos varias veces si era el camino correcto, pero tampoco teníamos muchas opciones ya que era la única carretera que nos marcaba el mapa. Era un día muy frío y yo empezaba a notarme muy cansado, empezamos a preguntar precios de habitaciones en los primeros pueblos pequeños que encontrábamos, pero se nos iba totalmente del presupuesto (entre 150 y 180€ por noche). Seguimos subidos en la moto con la esperanza de encontrar algo más económico pero no había suerte. Por pura casualidad encontramos una especie de camping que solo tenía bungalows grandes y parecía que estaba cerrado en esta temporada. Eran sobre las 21:00h, estábamos calados de frío, cansados y necesitábamos dormir bien. Llamamos a un número de teléfono que estaba escrito en un pequeño papel pegado a la ventana de la recepción ¡Bingo! Por 90€ descansaremos bien. Sí, es caro, pero lo necesitábamos. Creo que fue una de las duchas calientes que más recordaré en mi vida. Por cierto, hasta la mañana siguiente no pagamos el bungalow, ya que al llamar por teléfono nos dijeron donde estaban las llaves para poder entrar en él. Increíble ¿verdad? Parece mentira que haya sitios donde se fíen por completo de las personas. Tuvimos muy buena suerte esa noche.

ROVANIEMI

Con las energías recargadas pusimos rumbo al pueblo de Papá Noel, ROVANIEMI, un pueblo muy bonito pero como todo una atracción para sacar dinero. Desde aquí quiero que sepáis que Papá Noel existe pero te cobra 40€ por hacerte una foto con él. Ese era nuestro presupuesto por día así que otra vez será. Eso sí, no perdí la oportunidad de comprarme unos calcetines muy calentitos en la tienda de souvenir.

La gran mayoría de la población de Finlandia reside en ciudades como Tampere, Turku y Helsinki, su capital, que es hacia dónde nos dirigimos. Recorrimos Finlandia más rápido de lo que me hubiera gustado, todo por carreteras secundarias. Una vez llegamos a la capital, Helsinki, en la que estaríamos un par de días y punto de embarque de nuestro último ferry que nos llevará hasta Tallin, Estonia, buscamos un hotel barato en las afueras de la ciudad, descargamos la moto y nos fuimos a cenar por los alrededores. Mañana ya nos meteremos en la ciudad para verla con calma.  Nos levantamos con ganas de” turisteo”, así que nos fuimos al centro en moto con la idea de visitar un poco la ciudad, comer y regresar a nuestro hotel. No soy mucho de ciudades Europeas. No me gustan. Me parecen todas iguales. Pero la verdad es que no estuvo mal ya que tiene mucha historia, un toque moderno que combina muy bien con todo lo antiguo y está muy bien conservada. 

Al día siguiente cargamos la moto y pusimos rumbo al puerto para tomar, como ya veníamos anunciando, nuestro último ferry. Esperando, se hace una cola bastante larga de motos donde se entablan conversaciones con otros moteros como si ya nos conocieramos de antes. Sabes que esa personas ha pasado por momentos similares a ti: frío, calor, lluvias, cansancio y alegrías. Eso es una de las cosas que más nos une a los moteros. 

Embarcamos la moto y nos relajamos un poco ya que eran casi 3 horas de trayecto. 

 

Entramos en Letonia. Recuerdo que ese día tenía ganas de moto y un poco de off road. Mi mujer no lo veía tan claro como yo pero ya que estaba ahí no iba a dejar pasar la oportunidad.

Bien, una vez  descargado el track de wikiloc nos metimos en una pista ancha y empezamos a recorrer kilómetros. Nunca había conducido una moto tan cargada por off road y aunque la pista era como una carretera sin asfaltar estas motos tan cargadas no dan margen al error. Te equivocas un poco con la velocidad y podrías tener algún que otro problema. Todos estos países tienen una vegetación espectacular, nada de pinos y árboles de eucalipto como estamos acostumbrados aquí. Todo son árboles grandes que imponen y más rodando con tu moto por esas pistas que todos alguna vez hemos visto en las pruebas de rallyes de coches que se celebran en estos países. Ese dia estuvimos rodando casi todo por off road, pero como avanzas muy lento hubiéramos necesitado mucho tiempo para hacer esos tres países y justamente lo que nos faltaba era tiempo. 

Al día siguiente,continuamos por carreteras secundarias para avanzar un poco más rápido y aquí descubrimos que ir en moto en estos países puede ser un poco peligroso. En carreteras secundarias tuvimos que salirnos más de una vez de nuestro carril y pisar la tierra porque el coche que circulaba en sentido contrario había decidido adelantar y venía de frente hacia nosotros sin ninguna intención de frenar ¡de locos!

Los días que utilizamos para recorrer estos tres países (Estonia, Letonia, Lituania) fueron de relax. Decidimos que los íbamos a recorrer lo más cercanos a la costa y que íbamos a disfrutar de baños en el mar baltico. Días de vacaciones total con poco kilómetros, unos 200 kilómetros al día, con la idea de salir por la mañana y estar sobre la hora de comer en algún destino para pasar la noche. Visitamos pueblos con encanto y nos empapamos un poco de la cultura mentalizandonos que volvíamos a los días largos de autopistas y muchos kilómetros.

Entramos en Polonia y teníamos claro que esto era un país de paso (estuvimos en 2018 y eso daría para otro post) ya que nos esperaban unos familiares en Berlín, Alemania.

Alemania, país donde las abuelas te adelantan con su berlina a 200 kilómetros por hora. Con parada en Berlín para visitar la ciudad y sobre todo… conocer el muro de Berlín. 

Os dejo un escrito que resume, muy brevemente, la historia del muro.

La construcción del Muro de Berlín y, especialmente su caída, han formado parte de los momentos más importantes de la historia del siglo XX. Este muro dividió Berlín en dos partes durante 28 años, separando a familias y amigos.

Al finalizar la II Guerra Mundial, tras la división de Alemania, Berlín también quedó dividida en cuatro sectores de ocupación: soviético, estadounidense, francés e inglés.

En 1949, los tres sectores occidentales (estadounidense, francés y británico) pasaron a llamarse República Federal Alemana (RFA) y el sector oriental (soviético) se convirtió en la República Democrática Alemana (RDA). Con lo que Berlín quedó dividida.

La construcción del muro

En 1961 casi 3 millones de personas dejaran atrás la Alemania Oriental para adentrarse en el capitalismo.La RDA comenzó a darse cuenta de la pérdida de población que sufría (especialmente de altos perfiles) y, la noche del 12 de agosto de 1961, decidió levantar un muro provisional. A la mañana siguiente, se había colocado una alambrada provisional de 155 kilómetros que separaba las dos partes de Berlín, ninguno podía cruzar de una parte a otra. Comenzando la construcción de un muro de ladrillo y las personas cuyas casas estaban en la línea de construcción fueron desalojadas.

Acompañando al muro, se creó la llamada «franja de la muerte», formada por un foso, una alambrada, una carretera por la que circulaban constantemente vehículos militares, sistemas de alarma, armas automáticas, torres de vigilancia y patrullas acompañadas por perros las 24 horas del día. Tratar de escapar era similar a jugar a la ruleta rusa con el depósito cargado de balas. Aun así, fueron muchos los que lo intentaron.

La caída del muro de Berlín

La caída del muro vino motivada por la apertura de fronteras entre Austria y Hungría en mayo de 1989, ya que cada vez más alemanes viajaban a Hungría para pedir asilo en las distintas embajadas de la República Federal Alemana. Este hecho, motivó enormes manifestaciones en Alexanderplatz que llevaron a que, el 9 de noviembre de 1989 el gobierno de la RDA afirmara que el paso hacia el oeste estaba permitido. Ese mismo día, miles de personas se agolparon en los puntos de control para poder cruzar al otro lado y nadie pudo detenerlos, de forma que se produjo un éxodo masivo. Al día siguiente, se abrieron las primeras brechas en el muro y comenzó la cuenta atrás para el final de sus días.

Una vez liberados, familias y amigos pudieron volver a verse después de 28 años de separación forzosa.

Me tomo la libertad de dejar este pequeño escrito, porque me recuerda mucho a una frase que escribió el filósofo español Jorge Ruiz de Santayana que da la bienvenida a los visitantes del bloque número 4 en el campo de concentración de Auschwitz 1 donde a día de hoy no se sabe la cifra exacta de personas que murieron en este lugar. Y dice así: “Quién olvida su historia está condenado a repetirla” 

Berlín está lleno de esta historia y a día de hoy quedan restos del muro que pueden verse en distintos sitios de la ciudad, museos o el monumento al Holocausto, son la muestra de un país que ha evolucionado para la igualdad de los derechos humanos dejando un pasado aterrador. 

Después de un par de días en Berlín era hora de partir, mentalizados para la paliza de kilómetros que se avecina en las aburridas autopistas. Los próximos días los pasamos encima de la moto deseando llegar a casa.

Espero que os haya gustado esta pequeña vivencia de dos personas cuyo fin era el disfrute y la desconexión en unas vacaciones inolvidables.

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